¡¡Comiendo también se lucha!!

Cualquier alimento de nuestra cesta de la compra viaja, viaja mucho, desde que se produce hasta que llega a nosotras pasa por toda una cadena que llamamos cadena o sistema agroalimentario.



En esta cadena el punto de partida es la producción, y el punto final o de destino es el consumo. Las personas u organizaciones que están entre producción y consumo son las intermediarias. En este sentido, un canal está constituido por una serie de empresas y/o personas que se encargan de la circulación del producto hasta llegar a las manos de la persona compradora, es decir, se encargan de la distribución.

¿Qué pasa por el camino?

¿Por cuántas manos (y bolsillos) pasa?

Debido a la configuración del actual modelo de vida, la separación geográfica entre productoras y consumidoras es cada día mayor, tendencia que no hace sino aumentar año tras año. Como consecuencia de ello, la distribución se hace "necesaria".

Aquellos circuitos que articulan todo este proceso son los llamados canales comerciales. Tradicionalmente, se han catalogado a los canales comerciales en largos-cortos, directos-indirectos, etc., atendiendo a una serie de criterios como el recorrido de los productos, el número de personas intermediarias que intervienen...

Según nuestra opinión, nos parece más apropiado diferenciar los canales adjetivándolos de justos e injustos, para así hacer hincapié en las relaciones de poder que llevan aparejados, ya que según la clasificación tradicional podemos encontrar múltiples híbridos que no nos clarifican el panorama.

Como canal justo se define aquel en el que las relaciones de poder que se establecen son equitativas en términos económicos, sociales y ecológicos. Entendemos por equitativas aquellas relaciones en las que se valora el trabajo de la persona productora, ya que se le reconoce económica y socialmente, el manejo de la tierra es respetuoso con el Medio y se intenta que la producción sea lo más local y sostenible posible, de manera que tanto la longitud del canal de comercialización como los precios sean razonables1.

Asimismo, los canales cortos favorecen que la persona productora reciba precios más razonables, se establezcan relaciones de poder más equitativas, etc. y no esté sometida a las presiones de la gran distribución (precios injustos, demandas no razonables, tiempos de pago enternos,...). Del mismo modo, puede ser menos sostenible a veces un producto con la certificación ecológica que ha recorrido miles de kilómetros, que otro que ha sido producido localmente aunque que no cumpla con todos los criterios ecológicos.

La gran mayoría de la comercialización agroecológica se hace a través de canales cortos y justos. Esto significa que, por su propia naturaleza, estos canales llevan aparejados relaciones más equitativas entre quienes que participan en el proceso (productoras, comerciantes y consumidoras) no sólo quedando lejos de las relaciones de poder que existen entre la gran distribución y las personas productoras sino abriendo brechas y planteando alternativas reales al sistema agroalimentario.

Nos planteamos aquí también una reflexión en torno al papel del consumo. Y es que elegir el lugar/modo de compra, así como el qué comprar, puede contribuir a crear sistemas alternativos donde primen las personas y no el negocio, donde el acto de alimentarnos sea un acto coherente y político, y no se relegue al último plano de nuestra vida. En definitiva, que como personas consumidoras tenemos que ser conscientes del poder que tenemos y elegir el sistema con el que queremos alimentarnos.


1. Para entender mejor este canal os proponemos algunos ejemplos: un canal indirecto corto pero justo, podría ser aquel en el que una tienda especializada le compra a una persona productora y le vende a una consumidora, es decir, existe un solo intermediario (Mercao Social La Rendija, La Ortiga...). Un canal directo corto sería aquel en el que la persona consumidora le compra directamente a la productora, es decir, no existen intermediarias (grupos de consumo, asociaciones de consumidores...).

Recursos:

  1. Canales Cortos de comercialización alimentaria en Andalucía. E. Sevilla, M. Soler, D. Gallar, I. Vara, A. Calle. ISEC. Universidad de Córdoba.
  2. La Lógica de lo Ecológico. J. Herrero y A. Hurtado.
  3. Nuevas formas organizativas para conectar producción y consumo en el mercado interior. D. López.
  4. Sistemas Participativos de Garantía. Una herramienta clave para la Soberanía Alimentaria. E. Torremocha. Revista Soberanía Alimentaria.
  5. Ecovalle. SPG Sistema Participativo de Garantía Ecológica. Documental.